


En este proyecto, la arquitectura nace de la escucha y de jugar a favor del edificio, en lugar de adaptar el espacio a los nuevos usos, fuimos dejando que el propio edificio nos guiara para determinar la ubicación adecuada de cada uso.

Una de las decisiones más acertadas fue evaluar cada elemento preexistente con la idea de darle una nueva vida, integrando las historias y los antiguos objetos de la tonelería de manera natural y sin prejuicios.










